El rey tendrá que haberle explicado que los independentistas no quieren la monarquía, pero lo habrá hecho cuidando no suscitar el rencor a una comunidad española por mucho que hoy le griten. “Esto no es toda Cataluña”, le dirá. Y le dirá que no quieren la Monarquía, porque la Monarquía representa la unidad del Estado. Y si la princesa le pregunta por qué el representante de ese Estado quiere romper el Estado y sus símbolos, el rey le tendrá que hablar de la libertad de opinión.
Y contarle que esa libertad tiene límites, como también los tiene la Corona y que, si esos límites se violan, son los jueces los encargados de aplicar la ley. “Tú, Leonor, cuando yo falte, le dirá el rey, tienes que contar con que existen republicanos y separatistas y tendrás que convivir con ellos, porque serás la reina de todos los españoles. Lo de hoy, princesa, no es más que una demostración de la dificultad de reinar en un país como España. Y recuerda lo que dije alguna vez: habrá monarquía mientras el pueblo quiera que la haya. Y las protestas de hoy son muy desagradables. Personalmente creo que injustas. Pero no representan a la mayoría de Cataluña ni del pueblo español”.