Qué pena que hoy no esté aquí la ministra portavoz, porque sería una magnífica pregunta para ella. Y ella te pondría responder al revés, a la gallega, con otra pregunta. Algo así: le pregunto a Alsina si los medios informativos se han propuesto ocultar las buenas noticias que hay en el país.
Porque mire los periódicos de hoy: el espionaje sigue dominando los grandes titulares, y al récord de contratos indefinidos y los veinte millones de cotizantes le dejan un rinconcito, con menos espacio que a la victoria del Real Madrid.
Pero, ya que Isabel Rodríguez no está ni se la espera, te diré que a veces parece que el Gobierno, efectivamente, administra fatal la agenda informativa, si es que la tiene. No se puede enviar a la ministra de Defensa al Congreso con el asunto que quema las manos el mismo día que se hablará de milagro en el empleo, porque eso se sabía desde hace dos semanas, cuando Escrivá lo anunció.
Y hecha esa crítica tan menor, añado que la realidad no es mala: si la vorágine pasa a segundo plano las buenas noticias, es que las buenas noticias existen. Aparecen en un rincón de las portadas, pero existen. Y vete tú a saber, querido Alsina: quizá no sea tan torpe.
Si los espionajes no dominaran el paisaje, quizá habría que desmenuzar la estadística y airear cuánto empleo fijo es a tiempo parcial o fijo discontinuo. Así nos quedamos en el canto triunfal de la vicepresidenta Díaz, en la proclamación de récord y otras alegrías. Tampoco está mal.