El Gobierno no proclamó el mando único en la lucha contra el temporal, pero lo tiene. Por lo menos, quiere tener el mando único informativo y nos obsequió con la presencia de dos y hasta tres ministros en las ruedas de prensa, la última celebrada en el Palacio de La Moncloa. Lo discutible es que parece que los señores ministros hablan de Madrid, como si el temporal fuese solo madrileño.
El resto de la España congelada o paralizada pareció reducirse para ellos a un ejercicio estadístico de carreteras afectadas, de trenes que suspenden o reanudan el servicio y poco más. Y la dirección política única se va desplazando a la cuestión, sin duda importante, pero también referida a Madrid, de si se debe declarar o no “zona afectada por la emergencia”, eufemismo de lo que siempre hemos conocido como “zona catastrófica”. Esos pueblos que están sin luz sufren el frío y la oscuridad sin nadie de fuera que los socorra.
Hoy se escribe en algún periódico que los campesinos con sus palas y tractores son la Unidad Militar de Emergencias de la España rural, porque no hay soldados para tanta nieve y tanto hielo, ni un presidente de gobierno que se acerque en todoterreno al ministerio del Interior municipal. Hay, por tanto, un mando único en la capital que nubla a la autonomía y al municipio. En el resto, ni mando único ni cogobernanza, porque las autonomías no tienen recursos suficientes para tan duro combate. Es la España vaciada de gentes y llena de precariedad.
