Encuesta inédita de resultados insólitos. Así la califica el analista Carles Castro en La Vanguardia. Comienzo por aclarar que el apoyo a la independencia nunca ha sido mayoritario en los sondeos del CEO, pero tampoco nunca ha sido tan bajo como en este.
Como síntesis periodística, habíamos dejado la cosa en que media Cataluña quiere romper con España, la otra media quiere la unidad. Ahora hay un vuelco y una diferencia de quince puntos a favor de la unidad.
La clave del triunfo españolista está en los jóvenes de 25 a 49 años y los habitantes de las ciudades. La voluntad independentista es mayor, en cambio, entre los muy jóvenes, los mayores de 50 años y los residentes en núcleos de menos de 10.000 habitantes.
Cuatro conclusiones políticas:
- La primera, que el secesionismo tiende a consolidarse como un fenómeno casi rural y la unidad, un deseo urbano y de mentalidades que conocen más mundo.
- Segunda, este estado de opinión censura a quienes se atribuyen la representación de Cataluña y se la atribuyen en clave secesionista. Con un 39% de apoyo a la separación, se puede hacer propaganda, pero no someter al resto del país a un estrés permanente.
- Tercera, creo que es un reflejo del clima de diálogo que ha creado el presidente Sánchez.
- Y cuarta, lo que también está en la encuesta: el 73% de los consultados sigue deseando un referéndum. Es una mayoría muy notable. Y para satisfacer o denegar esa demanda, sigue sin encontrarse una solución.