Habrá reinvenciones surgidas del realismo y la gravedad del momento, pero serán temporales. Habrá apoyos que parecerán generosos, pero son políticamente interesados.
Yo me limito a pedir a quienes mandan que se centren. Si la pandemia es hoy el drama, que se unan contra la pandemia, como se está uniendo gran parte de la sociedad. Si la economía va a sufrir un golpe descomunal, que aporten iniciativas para salvarla, que es salvarnos a todos.
Y como norma general, definir qué es reinventarse. Reinventarse, para este cronista, es hacer lo imposible para que haya mascarillas, que parece que estamos en la Edad Media.
Reinventarse es que los ancianos no caigan como moscas en las residencias, que han caído un centenar, solos, olvidados y sin un triste funeral. Reinventarse es que los hospitales tengan medios, que parece que estamos en plenos recortes o pagando sus consecuencias.
Reinventarse es abandonar, aunque sea por unas semanas, tanto aprovechamiento de la debilidad ajena y trabajar como un solo país. Reinventarse es ser eficaz. Aquí y en Bruselas. En el ambulatorio de al lado y en el Banco Central Europeo. Todos tenemos que reinventarnos. Pero en las clases dirigentes, con carácter retroactivo.
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