Desde luego, la orden de ataque parece que existe. El primer síntoma se percibió, como casi todo, en este programa, en la entrevista que le hiciste a la nueva delegada del gobierno en Madrid. Si esto fuese Israel y la Franja de Gaza, podría decirse que Mercedes González lanzó sus primeros cohetes sobre Jerusalén-Puerta del Sol con un mensaje doctrinal: las libertades de Díaz Ayuso han degenerado en libertinaje.
El mismo argumento llegó al Congreso de los Diputados y por boca –la impensada boca-- de la ministra de Asuntos Exteriores. Y por la pasión militante de la vicepresidenta Carmen Calvo. Y después, por el encuentro entre el alcalde Almeida y otra vez la delegada del gobierno: “hasta aquí llegó la cordialidad”. Cuando esto ocurre, es que hay orden de ataque por tierra, mar y aire. A por Díaz Ayuso, que nos humilló. Viva o muerta, de Ferraz y Moncloa salieron los carteles de “se busca”. Esa orden solo puede proceder de Pedro Sánchez, que es realmente quien sufrió la humillación como secretario general del Partido Socialista.
Suenan aires de venganza. En la Comunidad de Madrid ha comenzado la campaña electoral de dos años. La técnica es la misma que la de Ayuso: igual que ella designó enemigo a Sánchez, Sánchez enciende la barbacoa para ir quemando a Ayuso a fuego lento hasta las próximas elecciones. Ni un día, ni un encuentro, ni una institución, ni un cargo socialista sin munición. Esta sí que va a ser la larga y auténtica Batalla de Madrid.