Madrid | (Publicado 27.06.2019 07:24 )
Fue terrorista, fue responsable de ETA, fue juzgado y condenado, tiene pendiente un plazo de inhabilitación y dirige un partido que está en las instituciones. Una televisión no tiene por qué aplicar una censura que no practica el sistema constitucional. De Otegi me interesaba saber cuatro cosas.
Primera, si pasado el tiempo, se anima a pedir perdón y no lo hizo. Se quedó en un “lamento si se generó más dolor del necesario”. ¿Cuál era el dolor necesario? ¿200 asesinatos en vez de 850?
Segunda, si condena los crímenes, y no lo hace. Alega que más importante que condenar es haber contribuido al final de la banda. Se quiso presentar como aquel “hombre de paz” que definió Zapatero.
Tercera, que no llama terrorista a ETA. Sigue, quizá, en su idea de fuerza de liberación.
Y cuarta, si negocia la investidura de Sánchez, y aseguró que nadie se puso en contacto con él. Su posición es igual que la de otros: no bloquear, pero no cheque en blanco. Y lo más penoso, que iguala a todas las víctimas, cuando las víctimas han sido las de las bombas y el tiro en la nuca.
En resumen, el mismo Otegi, el mismo pensamiento. Lamento que no haya cambiado. Celebro haber descubierto en directo la verdad.