Lo que Ónega se pregunta es en que momento estamos ahora mismo,: "¿Estamos ante una ruptura formal que nos llevaría primero a septiembre y luego a la repetición de las elecciones?", ha comentado.
El lenguaje no verbal de Iglesias se debió a la supuesta poca generosidad de los socialistas que según el dirigente de Podemos, le habría ofrecido funciones meramente decorativas.
Lo que más sorprendió de Sánchez fue el tema del conflicto político con Cataluña, que solo lo habló ocasionalmente sin detenerse en el problema. El discurso como programa fue demasiado ambicioso, optimista y lírico, pero propone un gran incremento del gasto público.
Por otro lado, con respecto a la oposición, Pedro Sánchez pidió la abstención tanto al PP como a Ciudadanos y Santiago Abascal se estrenó en su primer debate político.
La opción que más se está barajando es si Sánchez quiere ser presidente sin importarle el origen de los apoyos.