Pero hay que contar también con las sentencias de Carmen Calvo, que es mucha Carmen Calvo. Y si Calvo asegura que "nadie puede parar el lenguaje inclusivo", parada no se va a quedar. La vicepresidenta cree que ese lenguaje está en la calle, así que hay que plantear qué se entiende por calle.
Si la calle somos las gentes del común, creo que no vamos por ahí hablando de conductores y conductoras de autobús, ni de directivos y directivas de empresas, ni de informadores e informadoras. Somos mucho más tacaños en el lenguaje.
Ahora bien: si por calle se entiende esa parte del gobierno donde una habla de Consejo de Ministras, otra habló de portavozas, una más se refiere a los gobernantes como "nosotras" y cosas así, entonces la calle habla ese lenguaje. Yo tomaría como norma lo que dice la autoridad académica. Y aconsejaría un poco de contención, porque si el lenguaje inclusivo se lleva a su extremo, hemos de convenir que si una mujer es un alto cargo puede ser llamada también "alta carga".