Fernando Ónega: "No me extrañaría que el PSOE hiciese menguar su lema 'haz que pase' hasta desaparecer"
Alguna importancia debe tener el eslogan o el lema cuando los estrategas consumen tanta imaginación en crearlos.
Para que la tenga clara y decisiva requiere una condición de partida: que conecte con lo que pide la sociedad. Hay un clarísimo ejemplo en la historia electoral de la democracia: "Por el cambio", del Partido Socialista en las elecciones del 82. Conectó con la demanda social y le dio a Felipe González 202 escaños.
Ahí estaba todo lo que González podía prometer: tres palabras, cuatro sílabas y acierto pleno. Hubo otros eslóganes que no fueron de campaña, pero tuvieron efecto demoledor. Por ejemplo, el aznariano "váyase, señor González". A partir de ahí, no tengo yo noticia de que un eslogan haya influido en el voto en unas elecciones generales.
Ante el nuevo del PSOE, digo yo que lo menos que se puede pedir a un lema es que no necesite ser explicado, que no recuerde ninguna tragedia y que no provoque el cachondeo. Y ese de "Haz que pase" tiene esas tres características. Necesita ser explicado, porque no sabemos lo que hay que hacer que pase.
La ministra Celáa le puso la nota dramática con su exclamación entusiasta de "¡es del Titánic!", que no parece el mejor reclamo electoral. Y lo del cachondeo no hace falta que se lo explique: basta leer el apéndice que le añadió el PP: "y que no vuelva". Con lo cual, muchos votos no le va a aportar a Pedro Sánchez. No me extrañaría que lo hiciesen un lema menguante hasta hacerlo desaparecer.
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