Fernando Ónega: "En este país las únicas ideas que se aceptan son las de Moncloa"
Fernando Ónega analiza en Más de uno la prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo y comenta para qué sirve el Parlamento.
Madrid |
Supongo que, cuando te refieres al Parlamento, te refieres al muro de las lamentaciones que hay en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Allí, en un día como el de ayer, se oyó todo, menos al presidente del Gobierno, que pedía con su silencio y después con su ausencia que le aprobaran el estado de alarma más largo y confuso de la Unión Europea y del mundo mundial.
Y eso era todo. En el orden del día no había otra cosa. El Parlamento puede sugerir iniciativas y hacer proposiciones, incluso de ley, pero nadie presentó ninguna. Sus señorías fueron allí a lamentarse de lo mal que viene el virus, de lo distinta que va a ser la Navidad y de lo mal que lo vamos a pasar, que los próximos tiempos vienen duros.
Incluso Arrimadas dijo que pronto se adoptarán medidas más contundentes. El muro de las lamentaciones, ya digo. Después se vota, y ya está: si hay mayoría, estado de alarma hasta mayo. Y como la hubo, Sánchez e Illa tan felices, a esperar el ataque del Covid.
No pidáis ideas al Parlamento, que solo está para protestar, censurar, refrendar o aplaudir. No le pidáis iniciativas novedosas, que son complicadas de tramitar. No le pidáis que arregle esto, que siempre responderá que el Congreso no es el Poder Ejecutivo.
Y además, no vale la pena pensar, porque en este país, las únicas ideas que se aceptan son las de Moncloa, que tiene hilo directo con los sabios. Tampoco me voy a quedar corto: compite con Díaz Ayuso a ver quién tiene hilo más directo con Dios.