Y el independentismo catalán está mostrando su altísima capacidad de presión, porque todo se le pone a huevo, con perdón. Tiene los Presupuestos, con un chantaje muy claro: o das, querido Pedro, lo que te piden en política o Justicia, o te niegan el voto en economía.
Tienen el arma poderosísima del relatory otras historias de la desinflamación y, o se salen con la suya, o vuelven al procés. Y como esta es la prioridad de Sánchez, en ella se juega hacer el ridículo o poder presentarse como el histórico pacificador de Cataluña.
Pero mire usted: pase lo que pase con los Presupuestos y lo demás, pase lo que pase con su partido, que hasta Felipe González se rebela contra el relator y el deterioro institucional, Pedro Sánchez no tiene la retirada en su hoja de ruta. Frentes a mí, se dice en sus confidencias con Carmen Calvo.
Frentes a mí, exclama, mientras anda por Estrasburgo y no dice una palabra del relator. Abandonad toda esperanza de elecciones ya, eslogan de la manifestación del domingo, porque Sánchez se guía por su Manual de Resistencia. Y digo yo que no va a retirarse convocando elecciones precisamente justo cuando pone a la venta ese Manual.