Madrid |
Vox presume de haberlo puesto en la agenda política, y el PP trata de ganarle la carrera con una declaración diaria como la de ayer: "¿me están diciendo, como a los niños de Cuba, que son de la revolución?". El gobierno también ha descubierto que aquí hay material de combate. Casi tanta como en el desentierro de Franco.
Y ahí me tienen que tras el último Consejo envió a dos ministras a calentar la guerra mediática: a Celaá, como titular de Educación, y a Montero, como titular de Igualdad. PSOE y Podemos, unidos. Para Sánchez, aquí no hay solo una contienda ideológica, sino un pegamento de primerísima calidad para soldar la coalición. Y ahí los tenemos, juntos, --perdón, ahí las tenemos, juntas-- defendiendo la ciudadela frente al acoso de los corsarios derechosos.
Celaá llevará el asunto a los tribunales.Irene irá al Congreso. De la misma forma que Vox y PP funcionan a su pesar como bloque, PSOE y Podemos reforzarán el suyo para demostrar la unidad del progresismo. Es, ya digo, una joya para la explotación ideológica. Es la nueva batalla escolar. La consigna es fomentarla. Plantear de quién son los hijos es más cool que hablar del déficit y la reforma laboral.