¿Se esperaba que el Tribunal hiciese otra cosa? Ni Torrent, en la mejor de sus ensoñaciones, lo podía pensar. Ahora, su respuesta de que eso es censura previa de la actividad y las iniciativas del Parlament es una disculpa que solo conmueve a independentistas. A quienes creemos en el imperio de la ley y en la limitación de atribuciones nos parece lo único que se puede hacer.
Todas las aspiraciones se pueden plantear, pero en el lugar adecuado y con los trámites previstos. El resto es desobediencia, quizá con el agravante de desacato y podría llegar a rebelión en una situación extrema. Como Torrent lo sabía de antemano y ahora se le advierte, dudo mucho que dé un paso más.
Protestará todo lo que quiera protestar y está en su derecho. Se pondrá en plan victimista como se ha empezado a poner y es costumbre del independentismo. Pero sabe lo que le espera si desobedece a la autoridad constitucional. Y les aseguro que no es nada agradable. Eso sí: la protesta viene muy bien como prólogo de la escalada de tensión.