Fernando Ónega, sobre la ronda de consultas con el Rey: "En este momento, no sirve para nada práctico"
Es triste decirlo, a mí me duele especialmente decirlo, pero hay que hacerlo: esta liturgia, en este momento, no sirve para nada práctico. Es cierto que se cumple un mandato de la Constitución. Se pone en marcha el calendario y los mecanismos que lamentablemente ya conocemos por el último desenlace, pero con la seguridad de que de esta ronda de consultas no saldrá el encargo de formar gobierno.
Ni a Pedro Sánchez, a quien le corresponde por ser el más votado, ni a ningún otro líder. Se llegará a mañana, día final de la ronda y día, por tanto, de la decisión real, sin que Sánchez cuente con más apoyos que los de sus socios de Unidas Podemos y algunos diputados sueltos, pero con una mayoría de la Cámara instalada en el 'no'.
Esquerra ha decidido aplazar el acuerdo, oficialmente porque las posiciones están muy distantes, realmente porque la portavoz Marta Vilalta dijo que "la activación de la vía política implica parar la vía judicial", como si eso lo pudiera hacer el Ejecutivo.
El Rey, pese a todo, puede hacer el encargo a Sánchez, sin posibilidad de que haya investidura. Sánchez no podría declinar el encargo, porque sería excluirse. Con lo cual, lo razonable es que Su Majestad decida dar más tiempo a los partidos para que alcancen un acuerdo y esperar una segunda ronda. Pero el calendario corre, Esquerra no tiene ninguna prisa y el PSOE no puede aceptar algunas condiciones. El lío está fuera. El Rey se limita a cumplir su función constitucional.