¿Quién lo podía prever? La gran desconfianza la produce el virus mismo. En la Bolsa, el pánico y la fuga de inversores. Y se podría añadir que cualquier actuación contundente antes de la psicosis no sería entendida por la sociedad.
Expresadas estas disculpas, hay que decir otras cosas. Los hechos son los hechos, y los hechos son: primero, que portavoces oficiales han pasado en horas de hablar de situación controladaa medidas drásticas que hoy seguirán siendo estudiadas.
Segundo, que el presidente dijo ayer que el gobierno lleva dos semanas preparando un plan de choque y dio la impresión de que trataba de cubrirse las espaldas, porque la prioridad que se ha visto fue la ley de libertad sexual y la coherencia del gabinete.
Tercero, que hasta ayer tampoco se habló de acuerdo con los agentes sociales, que ignoro si será una simple comunicación o una compleja negociación. Y cuarto, que la cadencia de medidas sugiere que se va a remolque del virus y eso crea imagen de improvisación. Aquí y en el resto de Europa. Y dicho eso, renuncio a más crítica, porque el gobierno no está solo, la palabra la tiene la ciencia y en alguien, aunque sea en los gobiernos, tenemos que confiar.