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Fernando Ónega: "Sánchez lleva tan a rajatabla la discreción, que ni habló con sus dirigentes regionales"

Ganas las tienen, pero solo dos se atreven a expresarlas. El resto son vieja guardia. Por lo tanto, las fuerzas también son escasas y, si hubiera un movimiento levantisco, estaríamos ante una rebelión no castigada en el Código Penal, pero sí en la disciplina no escrita: "el que se mueve no sale en la foto".

ondacero.es

Madrid |

Las palabras de García Page y Lambán merecen, ante todo, un respeto porque recogen un amplio sentimiento popular. Y a partir de ahí, mi tesis personal: aquí lo que falló es la comunicación interna. Pedro Sánchez lleva tan a rajatabla la discreción, que ni habló con sus dirigentes regionales.

No es que no conteste a Torra o Casado; es que no llamó a sus barones para explicarles de qué iba la cosa; ni siquiera para darles esa garantía tópica de que todo será acorde con la Constitución. Parece que es uno de los defectos de Sánchez: habla poco o nada con su partido y no ordena a los negociadores que lo hagan. Y claro: donde no hay información triunfa el rumor.

Y si la información dominante es que se negocia con enemigos de España o, como decía ayer aquí la señora Oramas, con gentes a las que importan un pimiento los asuntos españoles, cunden el desaliento y la desconfianza, por no decir el pánico. Creo que ese es todo el problema, además de los principios. Pero es el problema de más fácil solución: basta una llamada de Sánchez. Y no me digan que no tiene tiempo. Hablar con Page, Lambán y los quince barones restantes no cuesta más de una hora de reloj.