Va de prisa, sí. Pero esto no será más que una foto y un café. El café de Carmen Calvo tiene un valor relativo, porque la vicepresidenta también invitó a Cayetana Álvarez de Toledo. A lo mejor la señora Calvo quiere inaugurar la diplomacia y la política del café, al estilo de aquello que recordarán los mayores, que eran las lentejas de Mona Jota.
Un café distiende, transmite calma y suena a "vamos a llevarnos bien". Aquí lo que vale es la foto, aunque no sea con el cicatero Sánchez. Mi reino por una foto, dirá Arrimadas desde su permiso de maternidad. Tu voto a cambio de una foto, dirá Calvo desde el otro lado de la barra. En la ceremonia hay una parte de gratitud por los apoyos prestados y hay otro poco de sondeo a ver hasta dónde puede llegar el idilio.
A Sánchez le tocó la lotería con el cambio de Ciudadanos. No es un socio, pero es un comodín. Si a Sánchez le falla Esquerra por Cataluña o por separación táctica por las elecciones autonómicas, su estabilidad será prestada por el PNV y Ciudadanos. Quien más se juega es Arrimadas. Quizá se refuerce como líder de centro, pero quizá coseche rechazos por no descabalgar a un gobierno socialcomunista. Mientras tanto, con sus diez diputados, está consiguiendo situarse en el escenario, está dejando de ser intrascendente y hoy tendrá la foto deseada, quizá con cabreo de Rufián. Y a cambio de esa foto, al gobierno le presta un apreciable barniz de diálogo. El idilio como negocio común.
Seguro que te interesa...
Coronavirus España: Nuevos casos y muertos hoy, datos actualizados y últimas noticias