Madrid |
Y el señor Sánchez no solo anunció cosas, sino que nos dijo que había hecho mucho: treinta y tantas reuniones, tropecientos estudios, decenas de análisis; lo que ocurre es que no nos hemos enterado porque informamos muy mal. Nosotros, porque el presidente presumió de una transparencia nunca vista en este país.
Y ocurre que esos días solo vimos los desencuentros con Podemos, que nos taparon la visión del virus. Además, es intachable que Sánchez haya delegado las cuestiones científicas y sanitarias. Renunció a ejercer de médico, como Castelao, que dijo que renunciaba para salvar a la Humanidad. El presidente tardó en aparecer, pero ya lleva dos días hablando, y en una de ellas contestó a los periodistas, no os quejéis. Asumió la técnica de anunciar lo que anunciará al día siguiente y así parece que cada día aporta una solución.
Y el presidente, sobre todo, es consciente de lo que puede hacer. Y lo que puede hacer es vestir bien, hablar bien y ayudar al necesitado: a padres, pymes, a que los viejos no corran peligro con los viajes del Inserso y a que viajemos a Italia, pero sin aviones de vuelta. De otras cosas nos enteramos por la radio. Por ejemplo, de que se aplazan las Fallas. Pero es que nadie puede estar a un tiempo en Europa, en las cuentas, en los hospitales y en una fiesta popular.