¿Y cuál fue la respuesta del president? La de un buen independentista: si las empresas, una 4.000, se fugaron, no fue por el procés, sino porque el Estado las forzó. La economía catalana subió estos últimos cinco años.
Y no ha sido por la recuperación general, sino que son los cinco años del procés. Y, en vez de prometer a los empresarios rectificación alguna, los animó a impulsar el referéndum. Las gentes de empresa piden economía, el gobernante Torra les habla del referéndum. Es un retrato realista de la situación.
Señores empresarios, defiéndanse como puedan, que el poder político anda a lo suyo. La economía catalana pierde fuerza, pero el independentismo está más fuerte que nunca, palabra también de Torra, y eso le hace feliz. Es que él está para eso. Mide más las curvas de encuestas del soberanismo que las estadísticas de la economía.
Me hablas si esto seguirá así hasta las elecciones. Ya hubo dos, y el partido de Torra es intrascendente en Barcelona y en el Congreso no da ni para hacer grupo parlamentario. Pero Torra no sufre, porque otro partido independentista es el ganador. Puede seguir en su estado de felicidad.