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Fernando Ónega: "Torra es el presidente de la decadencia"

Fernando Ónega analiza en Más de uno el mandato del presidente catalán, Quim Torra, y asegura que se trata del presidente "de la decadencia".

Fernando Ónega

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Es que la misión –llamémosle histótica—del señor Torra no ha sido ni es la de resolver problemas. Entiéndase por problemas la economía, el paro, la sanidad o el bienestar de la gente. Su misión, y nunca lo ocultó, ha sido hacer lo posible por crear odio a España, personalizado en la figura de Felipe VI, a quien menospreció, marginó y hasta negó el saludo.

Su sentimiento mesiánico del cargo y el sentido de su vida es el de llevar al pueblo catalán a la ruptura con España, siempre a la orden del fugado al que representa como vicario, que es Puigdemont. El éxito de gestión de su mandato se resume en un balance que hace días tuvo gran resonancia: Cataluña ha perdido liderazgo cultural y económico y fue rebasada por la Comunidad de Madrid prácticamente en todos los indicadores. Es, por tanto, el presidente de la decadencia.

Y eso suele ocurrir por dejación, por incompetencia o por errónea elección de prioridades. Es o fue un presidente que apenas gobernó. Si se añade la inseguridad jurídica derivada de un futuro tan incierto como la voluntad de crear fronteras o de incumplir las leyes del Estado, se crea el cuadro para la tormenta perfecta de la depresión.

La pena es que el señor Torra es inhabilitado, como él dice, por unas pancartas. Debería haber sido censurado por su Parlamento por los resultados de su trabajo. Pero basta que lo apee la Justicia para que ahora lo eleven, como ayer se escuchó en el Parlament, a mártir de la represión.