La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo decidió ayer inhabilitar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, después de que el TSJC le condenase a un año y seis meses de inhabilitación para cargo público y a una multa de 30.000 euros, según Latorre, Torra se ha inmolado por "la conquista ínfima de un balcón donde colgar una ínfima pancarta, ridículo".
"Torra nunca tuvo vocación de mártir, su procés era bien diferente", opina el Gallo Latorre ya que apelaba a la masa, soñaba con que fuera un sacrificio masivo quien trajera la liberación hasta que se dió cuenta de que era imposible. "¿Si nadie se sacrifica por él por qué iba a sacrificarse el por nadie?" de ahí que todo lo que entregara en la lucha fuera la inhabilitación y quién sabesi no se se trata de una deseada jubilación, pues en su rostro no se advertía otra cosa que angustia desde que asumió el cargo
Para Latorre, lo que hacía Quim Torra era animar a Puigdemont, "pero era algo asertivo que a él no le comprometió porque había aprendido de sus predecesores que el pueblo es muy desagradecido con sus héroes".
Por todo esto, Latorre concluye que la presidencia de torra fue la de un sujeto pasivo un hombre que cubrió un hueco, no tanto en espera de Puigdemont, como de un pueblo catalán que nunca compareció realmente durante el procés. Tanto es así que en su despedida, francamente solitaria, dijo: "prepárense para la independencia", pero claro, ya sin él. Mártir pero poco.
