Rafa Latorre: "Quizás sea más apropiado dirigirse a Zapatero como embajador de Maduro"
Rafa Latorre reflexiona sobre las elecciones en Venezuela y las declaraciones del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero reconociendo la legitimidad de los comicios.
La denuncia del líder opositor venezolano, Juan Guaidó, resuena hoy en todas las cancillerías, muy especialmente en la española, debido a que Guaidó pronunció un nombre muy concreto: José Luis Rodríguez Zapatero.
¿Qué clase de mediador es aquel que sólo reconoce una de las partes del conflicto? Es más, al que agasaja, mima y protege el Gobierno mientras que la oposición lo repudia.
Quizás un día, Zapatero sí fuera mediador, pero su tarea fracasó de forma clamorosa en la Mesa de la República Dominicana en 2018.
Desde entonces, quizás sea más apropiado referirse a él como un embajador de Maduro, uno que debería avergonzar a la diplomacia española por su entusiasta adhesión a un régimen al que sólo le queda él en todo el mundo civilizado.
Dice la ministra de Exteriores que Zapatero es un ciudadano libre de expresar su opinión sobre Venezuela. El problema es la tarea de doble mediación que Zapatero desempeña: la citada y dudosa en Venezuela y otra más evidente porque parece que ambas partes así lo reconocen. Me refiero a su tarea de mediación entre ambas partes en la coalición española: la podemita y la socialista.
Nadie le niega a Zapatero la libertad de expresión, pero es un problema para la diplomacia española porque la ejerce siempre para satisfacción de un régimen apestado internacionalmente. Es un problema porque España es el puente de Europa con Iberoamérica, y debido a sus devaneos con Venezuela, ha pasado a ser el país menos confiable en lo que respecta a su posición con el populismo bolivariano.
Ante el estupor sobre su implicación sobre el Chavismo, Zapatero suele alegar que sus críticos no entienden lo que pasa en Venezuela. Sólo un 30% quiso participar en la farsa electoral y eso que Diosdado Cabello advirtió de que quien no vota no come.