Rafa Latorre comenta en Más de uno las críticas del PSOE al escritor Andrés Trapiello, al que tachan de "revisionista", uno de esos insultos cancelatorios que no requieren demasiado argumento. Explica Latorre que "quien decreta que alguien es revisionista pretende ante todo zanjar la conversación", como hizo Pepu Hernández, que todavía no ha ofrecido una sola razón de qué es lo que convierte a Andrés Trapiello en revisionista.
Señala que si algo demostró Pepu es que no se había leído 'Las armas y las letras' y que esto demuestra "la ligereza con la que se sugiere la complicidad de alguien con el fascismo". Por ello, considera que estar en desacuerdo con un determinado análisis del PSOE no es revisionismo, pero que, en este caso, "es tal la ligereza que la condena ni siquiera viene acompañada del motivo de desacuerdo. A Pepu le preguntan por qué y él dice 'No lo sé'".
Además, recuerda Latorre que la difamación de un escritor monumental como Andrés Trapiello "demuestra un preocupante envilecimiento y una grave degeneración intelectual". Insiste en que el PSOE debería confirmar si la de Pepu es la visión catatónica de toda una formación o un exotismo local. "Quizás es que estén con otras prioridades más urgentes, como tomar medidas disciplinarias contra Leguina y Redondo Terreros", comenta, y añade que "el de la medalla a Trapiello es un episodio algo desagradable, pero con una virtud al menos: facilita una barbaridad el análisis post electoral", concluye.