Rafa Latorre reflexiona en Más de uno sobre la salida de Pablo Iglesias del Gobierno y su elección como candidato en las elecciones autonómicas de Madrid. Explica que "no hace falta ver muchas series para saber que la batalla más cruenta siempre se da entre fuerzas colindantes" y que la despedida de Sánchez tuvo un reconocimiento envenenado para el líder de la formación morada. Según parece, el presidente del Gobierno le reconoció la labor en las residencias durante la pandemia, algo que es sin duda "un regalo para la campaña de sus rivales y, en especial, la de Ayuso".
Además, recuerda que la batalla que Iglesias va a librar no es contra la presidenta de la Comunidad ni es "una lucha providencial contra el fascismo". "Se está revolviendo contra su propio destino, que era ir languideciendo poco a poco, sometido a Pedro Sánchez, hasta la ruptura de la coalición para ir a unas elecciones que a Iglesias le pillarían casi sin partido", asegura Latorre. Por ello, considera que hay que reconocerle la audacia, pues "nadie pensaba que Iglesias se degradaría para sobrevivir". Añade también que el vicepresidente "no va tanto a construir una candidatura como a destruir una coalición, antes de que sea Sánchez quien la destruya", con lo que pretende arrebatarle a su socio la iniciativa política y "tratar de recoser así el espacio en la izquierda del PSOE".
Afirma que la estrategia es intentar que el PSOE no metabolice a Podemos y señala que "fue necesaria una repetición electoral para hacerle vicepresidente y bastó con una amenaza electoral para que dejara de serlo". "Comienza la campaña, bueno, las campañas", concluye.
