Rafa Latorre reflexiona en Más de uno sobre la figura del comisario Villarejo, recién salido de la cárcel, sobre el cual dice "que tiene un conocimiento muy profundo del país y del tiempo en el que vive" porque ha sabido "custodiar el misterio". Explica que para forjarse una leyenda en España "hay que dosificar mucho tu imagen pública" porque así la gente empezara a elucubrar o fantasear, aunque "la verdad puede ser mucho más procaz".
Asegura que la salida de la cárcel del comisario tuvo una iconografía muy espectacular porque "no hay mejor reputación que una cuidada mala reputación" y señala que Villarejo ha demostrado conocer perfectamente cómo funcionan las amenazas. Sobre esto, hace hincapié en que las amenazas tiene valor mediático y, especialmente cuanto más "inconcreta, vaga e inverosímil" sea, mayor será el aparato mediático que la muestre.
Recuerda que el texto que acompaña hoy a la fotografía de Villarejo, un "capitán pirata con aires de Paco Rabal", es un anuncio por palabras: "Comisario retirado avisa a quien corresponda". Y dice que quien reproduce o se escandaliza por esto, es quien terminará siendo "el vehículo por el que se cumpla la amenaza". Concluye diciendo que "la democracia española tiene un serio problema si el cronista de toda una era es un comisario jubilado imputado en una treintena de causas".