La luz ha subido un 44% y, junto al petróleo, dispara la inflación que meterá mano en el bolsillo de pensionistas y trabajadores. El Gobierno ha prometido a los jubilados una paguilla, pero la luz sigue subiendo y subiendo.
Pedro Sánchez estaba dispuesto a dar un hachazo a los fabulosos beneficios de las eléctricas, pero el hachazo se lo va a seguir dando a los ciudadanos. Porque el PNV dio un ultimátum avisando de que si perjudicaba a las grandes compañías, no sólo ponía en riesgo los dividendos de la oligarquía, sino elfuturo del Gobierno.
El presidente reculó, se abrió a proteger a la industria y el PNV optó por la abstención en el Congreso, y el decretazo se convirtió en un decretito. Aitor Esteban puso firme al complejo de La Moncloa, Iberdrola y Endesa alegraron la Bolsa después de que se la envainara el Ejecutivo que tendrá que suavizar y autocensurar el Soviet más electricidad que proponía Podemos.
El PNV que perpetró la moción de censura contra Mariano Rajoy ahora acojona a Sánchez y exige más velocidad para el AVE del País Vasco, donde funcionan de cine las puertas giratorias, con dirigentes del partido en las eléctricas.
El Gobierno de izquierdas depende, entre otros separatas, de Sabino Arana que dijo: "El vasco no vale para servir. El español ha nacido para ser lacayo y siervo".
Aitor Esteban es el padrino; el que le ha mandado la cabeza del caballo a Pedro con el siguiente mensaje: "Si algo puede tumbar al Gobierno es el hundimiento de la industria, no el discurso repetitivo y machacón de Pablo Casado".
En resumen, si quiere seguir en Moncloa, Pedro tiene que pegarle al Txakolí con gilda en compañía de Aitor. Aitor, el camarlengo vaticanista. ¡Viva el vino!