Viva el vino

Raúl del Pozo, sobre la división del independentismo: "No son capaces de lograr la independencia ni con la complicidad del Gobierno"

Raúl del Pozo reflexiona en 'Más de uno" sobre el fracaso del procés y la división independentista en las manifestaciones de la Diada.

Raúl del Pozo

Madrid | 13.09.2024 11:54

Anteayer los separatistas celebraron la Diada, pero ya no son igual que antes cuando reunían a cientos de miles de catalanes. Han pasado de 2 millones a 70.000. Por primera vez en 12 años no tienen un presidente independentista y la movilización fue un fracaso. Pero celebraron la fiesta como cada año.

En realidad celebran la derrota de 1714 -año decisivo en el imaginario del nacionalismo- cuando las tropas de Felipe V asaltaron Barcelona ejecutaron a dirigentes catalanistas y suprimieron la Generalitat. Ahora conmemoran la pérdida del govern, el fracaso del procés y la total división del independentismo. Son menos y mal avenidos. No son capaces de lograr la independencia ni con la complicidad del Gobierno. Pero gritaban "No estamos pacificados ni nos van a pacificar". A los de ERC les han abucheado llamándoles "botiflers" y hubo peleas entre las distintas facciones del secesionismo en una sucia lucha por el poder.

Cantaron 'Els Segadors', con la participación de la presidenta del Congreso y hubo ofrenda floral en 5 manifestaciones homenaje a Rafael Casanova que huyó disfrazado de fraile, cuando pero el juez Llarena a interrumpido la ley de la amnistía y el TC ha admitido a trámite las objeciones de Llarena por la malversación.

Todo indica que la amnistía ha vuelto a manos de Pedro Sánchez y los tiene a su merced. O sea, amnistía para las calendas griegas que era una expresión de Augusto que significaba hasta que las ranas críen pelo. Puigdemont llama al magistrado Tejero sin bigote y cobarde al gobierno. Los separatas seguirán dando la murga con los mejores sueldos de la administración. Prometen que no va a tirar la toalla.

Los españoles y los que no quieren serlo tendrán que compartir el tinto y el blanco hasta la eternidad. ¡Viva el vino!