Ha comenzado la campaña de las elecciones andaluzas con un canción y una romería.
La canción 'Hay que vivir el momento cuando las estrellas brillan' más la bailó en Málaga Juanma Moreno. La romería, es la de la Virgen de Rocío que ha regresado a la aldea escoltada por 1200 caballos y 10.000 rocieros después de estar confiada dos años por pandemia.
En Andalucía, lo último que queda del paraíso, la síntesis entre paganismo y piedad vistieron a las diosas que estaban desnudas de dolorosas o reinas de la marisma, y cantaron: “La Virgen del Rocío / como es tan alta / se le ven por debajo / las enaguas blancas”.
Se anuncia cambio del ciclo en el turnismo. Hay pánico en el PSOE porque el partido dominante es la abstención de la izquierda y hay nervios en el PP porque o gobierna en solitario o tendrá que hacerse un Mañueco y llevar a Macarena Olona a San Telmo.
O gana las elecciones al sanchismo o habrá sanchismo hasta 2023. En el examen de junio Pedro Sánchez se juega el tipo y la legislatura. Se desploma Ciudadanos y se repartirán su túnica de 21 escaños.
El CIS anuncia que el PP va a sacar 15 puntos más el PSOE en su granero y su tortilla. Le han dicho a Juan Bravo, uno de los hombres fuertes o rompéis el espinazo al PSOE o habrá sanchismo hasta el 2023. Ha contestado: “Esperamos llegar antes nosotros a la Moncloa.”
La Virgen del Rocío es la reina del vino más generoso y alegre, el que dio la vuelta al mundo en las carabelas, el que los andaluces, querido Carlos, lo paladean cortando el jamón con el cuchillo afiladísismo y muy largo como si fuera el arco de un violín.
¡Viva el vino!