Pasado mañana el Estadio Olímpico de Berlín nos enfrentaremos a las nueve de la noche con la Pérfida Alabión como llamaba a Inglaterra Napoleón.
España confía en Lamine Yamal y una magnífica selección que según la prensa británica es la favorita, la revelación, la más completa. Lamine Yamal es español, hijo de un marroquí y una guineana que se crió en el barrio 304 de Rocafonda, en Mataró. Si Maradona era la mano de Dios, Pelé, el cuchillo negro, Lamine es el sucesor de Messi con el que se retrató de bebé.
Marcó un gol de epopeya, con pies de santo dio un trallazo de acero que hundió a Francia. Estopa le ha dedicado dedicó en Montjuic una canción. Lamine es un crack pero como dijo Di Stefano ningún jugador es tan bueno como todos juntos.
En futbol les hemos ganado algunas veces a los ingleses pero en la historia nos derrotaron en las dos batallas definitivas: la Invencible y Trafalgar. Esta vez se ha roto el tópico de que el fútbol es una invención de los ingleses que siempre ganan los alemanes. Los españoles derrotaron a los alemanes y el enemigo siempre es Inglaterra.
Los dos equipos se ha enfrentado en 27 ocasiones, con trece victorias de Inglaterra, diez de España y cuatro empates. Inglaterra no juega bien, pero nunca se rinde, como España.
Según Borges que raro es que no se haya echado en cara los ingleses, injustamente odiados, que hayan llenado el mundo de un deporte estúpido como el fútbol. Juegan en calzoncillos, pintados como apaches pero el domingo es de grandes pantallas y grandes pasiones.
Los futbolistas españoles se han ganado una copa de vino de sangre de toro, que es el que beben. Así que todos con La Roja vamos España y ¡viva el vino!