VIVA EL VINO

Raúl del Pozo: "La intervención de Carla Toscano ha reforzado la imagen de Irene Montero"

Raúl del Pozo reflexiona en 'Más de uno' sobre la brusquedad en los debates políticos después de que una diputada de Vox insultó a Irene Montero en el Congreso. Todo ello, la misma semana de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y del impuesto a las grandes eléctricas y a los ricos, además de la eliminación del delito de sedición.

Raúl del Pozo

Madrid | 25.11.2022 10:38

El Gobierno de Sánchez, contra todo pronóstico, ha aprobado los Presupuestos apoyado por 12 partidos, 12. Con todo el bloque Frankestein. Además, ha puesto en marcha el impuesto a los ricos y a los banqueros. Y la 'trágala, perro, trágala, perro' que cantaban contra Fernando VII, que es la eliminación del delito de sedición para hacerle el futuro fácil a los separatistas.

Ha sido en una semana de violencia política en el Congreso que se ha convertido en un plató de telebasura. El escándalo estalló cuando la diputada de Vox, Carla Toscano, llamó a Irene Montero, "libertadora de violadores" y añadió que "su único mérito académico es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias". Irene salió llorando del Congreso.

Al día siguiente, toda la cámara, con la excepción de Vox, le dedicó una ovación cerrada. La intervención de Carla Toscano ha reforzado la imagen de Irene Montero, que recibió un aplauso de dos minutos. Macarena Olona resumió así el suceso: "La ministra de Igualdad salió a hombros".

Los escándalos en los debates son tan antiguos como los parlamentos. En la libertad florecieron las burlas ingeniosas y las ironías crueles. Desde la Asamblea de la Edad de Oro de Atenas, donde se burlaban de la cabeza en forma de cebolla de Pericles y llamaban prostituta a Aspasia de Mileto, su esposa.

Hasta la modernidad nunca se ha dejado de insultar. Churchill le dijo fea a una diputada que le llamó borracho. En el Parlamento español crece la política del odio y si esto sigue así, pueden terminar a tortazos.

La presidenta del Congreso debería pedir a Jerez una botella de Tío Pepe para sosegar a sus señorías y para recordar a los que crearon las Cortes de Cádiz e inventaron el nuevo parlamentarismo gritando 'Viva la Pepa!' un poco cocidos, pero brillantes e ingeniosos. ¡Viva el vino!