Hacer un pan como unas hostias significa hacer algo desacertado de manera que empeore la situación. Pedro Sánchez prometió un gobierno de coalición progresista y lo que está logrando es la derrota del Estado de Derecho. Ha hecho un pan como unas hostias porque se ha roto la izquierda del Gobierno y Puigdemont, le está comiendo la merienda.
Cada semana es capaz de exigirle que traslade el Banco de España a las Ramblas de Barcelona. Ya le ha pedido en la Europa de la libre circulación de capitales que sancione a los bancos y empresas que huyeron de él y de su república. Además al partido al que acusó de racista le cede el control y la expulsión de los emigrantes.
Junqueras ya ha acusado a Puigdemont de abrazar discursos de extrema derecha. Quiere convertir los Mossos en Policía Nacional y suprimir el artículo que puede desbaratar la amnistía por la Justicia europea. Anteayer Sánchez tuvo que rendirse ante el filibusterismo del prófugo que al final le salvó con la abstención pero el presidente del Gobierno tuvo que hacer concesiones disparatadas.
Además Yolanda Díaz acusa a Podemos de tumbar el subsidio de desempleo y de hacer piña con las derechas golpeando los derechos de los trabajadores. Es que Podemos se han vengado y la venganza es tan voluptuosa como el sexo.
En las elecciones de julio, le cortaron la coleta a Pablo. Pedro y Yolanda no le dejaron ni una silla en el Consejo de Ministros. Pero sus 5 diputados van a valer tanto o más que los de los supremacistas y han roto la izquierda del Ejecutivo. Dijo Isabel Rodríguez que fue portavoz del Gobierno: “A la política española le falta una copa de vino”. Tenía razón, querido Carlos. Y más ahora que nunca. Así que ¡viva el vino!