Pontífice se llamaba al constructor de puentes. Los españoles como papas van a construir un puente de cuatro arcos: Sábado, domingo, Primero de mayo y dos de mayo: con 30 grados a la sombra. Los sindicatos convocan a los trabajadores con banderolas para exigir subida de salarios, bajada de precios y reparto de beneficios. Pero el 1º de Mayo es también un día para practicar el derecho a la pereza como pensó el mulato yerno de Marx.
En los viejos tiempos los sindicatos tomaban Madrid y cantaban: “Agrupémonos todos en la lucha final el género humano es la Internacional”.
Los trabajadores recodarán a los Mártires de Chicago que fueron condenados a muerte cuando pedían la jornada de 8 horas. Luchaban por los 3 ochos, 8 horas para trabajar, 8 para sobar y 8 para el ocio.
El dos de Mayo es la fiesta de los héroes de Madrid que se enfrentaron con cuchillos a los Mamelucos y los pintó Goya en los fusilamientos, después de verlos con faroles cuando Murat aplastó el levantamiento y fusiló a 1000 madrileños. Como si fueran de verdad gatos. Napoleón llegó a Madrid después de la derrota de Bailén y estuvo alojado en el palacio de los Duques de Pastrana en Chamartín donde ahora está la fundación Once, leyendo la Ilíada y el Príncipe.
Solo fue al Palacio Real una vez visitar a su hermano Pepe Botella, que fue rey de España 5 años y el pueblo le cantaba: “Cada cual tiene su suerte. La tuya es de ser borracho hasta la muerte”. A pesar de su fama era abstemio querido Carlos, y del mismo barro que todos y encima no podía cocerse en las botillerías o en las tascas del Foro. En honor a currantes y a héroes, digamos Viva el vino.