El PP no consigue apartar de sí el cáliz de los escándalos de supuesta corrupción. Cuando no se ha cerrado uno, ya aparece otro. Pronto habrá sentencia en el caso de la trama Gürtel valenciana. Pero Gürtel dará más de sí. Bárcenas tiene mucho de lo que hablar. Y quedan Lezo, Púnica y otros. El PP ya sufrió un duro golpe electoral en 2015, cuando perdió uno de cada tres votos.
En buena medida, eso se debió a la corrupción. Pero los sondeos más recientes parecen indicar que el Partido Popular quizá no haya tocado todavía su suelo electoral. El trasvase de votos hacia Ciudadanos puede acelerarse con cada noticia como la que hoy llena páginas en los periódicos. Porque no hay estrategia política, por ingeniosa que sea, que resista una sucesión inacabable de titulares sobre corrupción.