Y Puidemont, Junqueras y Romeva apenas han logrado el apoyo de los independentistas flamencos de Bélgica, de los independentistas escoceses, de Julian Assange, del editorialista del New York Times, de Yoko Ono, y de pocos más. Pero que nadie se engañe, y menos que nadie el Gobierno: los independentistas catalanes sí cuentan con la ayuda de una especie de quinta columna española que tiene su importancia. Abarca desde el sector más a la izquierda del PSOE hasta buena parte de Podemos. No todos ellos son entusiastas de la independencia de Cataluña, pero su primer objetivo, y casi único, es destruir a Rajoy y al PP, y ven que el proceso catalán es una oportunidad para conseguirlo. Para ellos, esta es una cuestión de prioridades.