Es la última ocasión que tienen los electores para decidir a quién apoyan y, tan importante como eso: si apoyan a alguien. Es decir: si van a ir a votar. Hay una creencia según la cual muchos catalanes no independentistas no suelen votar en elecciones autonómicas porque consideran que no van con ellos; que son un asunto de los nacionalistas.
Si ese sector abstencionista existe, quedó muy limitado en las elecciones de 2015, cuando hubo una gran movilización. La duda para mañana es si todavía quedan catalanes que no votan en las autonómicas, y cuántos son. Y lo más importante: si esta vez irán a votar. Porque si aún consideran que estas elecciones no van con ellos, deben saber que la votación de mañana es la más importante de sus vidas.