A los independentistas catalanes, con el acercamiento de sus dirigentes presos. Y a Podemos, con la radio televisión pública. Está en la naturaleza de las cosas. Nadie regala nada en política. Y de eso no debe avergonzarse el nuevo presidente, porque lo han hecho todos. Lo que no conviene es que insista en negar aquello que es evidente. Déjenlo ya.
Porque luego asistimos al bochorno del método para elegir al presidente de RTVE. Podemos no quiere gestionar el ministerio de economía, ni el de trabajo, ni el de educación, que son ministerios que permiten hacer políticas sociales en beneficio de los más necesitados. Podemos quiere dirigir los telediarios y, si le dejan, el CNI. Porque lo importante no es qué se hace cuando se está en el poder. Lo importante es tener el poder.