Las cartas de Puigdemont a Rajoy, y de Rajoy a Puigdemont son movimientos tácticos. Que el fiscal, que depende del gobierno, pidiera prisión para Trapero y para los famosos Jordis es otro movimiento táctico. Esos tacticismos van encaminados hacia un objetivo estratégico, que algunos quisieran que fuera la búsqueda de un acuerdo. Pero no da la sensación de que estemos en ese camino. Los Jordis están en la cárcel, los independentistas salen a las calles, Puigdemont sigue inamovible en su monte, y Rajoy está a punto de pulsar el botón del 155. A estas alturas, ninguno de los dos contendientes parece desear que esta partida acabe en tablas.