Rajoy trata de defender su gestión como presidente con la mejora de los datos económicos, que son ciertos, y son importantes. Pero un mandato presidencial se mide con varios baremos, no sólo con uno. La evidencia de que el PP valenciano se financió en B, sumado a los demás casos de corrupción, compromete al partido. Y la sucesión de desafíos victoriosos de los independentistas, compromete al Gobierno.
El próximo desafío está fijado la semana que viene. Rajoy, en un reconocimiento turbador, explica que recurrirá, pero que quizá no se pueda evitar la investidura de Puigdemont, porque los recursos tienen su trámite. Si Puigdemont consigue ser investido, aunque después se anule, el daño para el país será irreparable.