Por tanto ha elegido a alguien sin apenas perfil público, que es el tipo de político que más gusta a Rajoy. Y que, en este caso concreto, es el que le convenía para mantener el apoyo de Ciudadanos: aquel cuya principal característica es ser un casi perfecto desconocido.
Y lo mismo ha hecho con el PP de Madrid: ha recuperado para el puesto a Pío García Escudero, que ya ocupó el cargo, y que ahora preside el Senado. Quizá usted conozca a alguien que sepa quién preside el Senado. Quizá. Pero es poco probable. Y si le suena su cara, seguro que le suena su voz, porque no se recuerda la última vez que hizo alguna declaración pública. Todo, de perfil bajo. Todo bajo control. Todo decidido por una sola persona, el propio Rajoy. Todo muy Rajoy.