Hace un año, en el Diario de la pandemia, Fernando nos contaba en una carta que acababa de fallecer su amigo Sansón (le apodaban así porque tenía mucha fuerza). Sansón era uno de esos "héroes" que cada mañana cogía su camión para que al resto no nos faltase abastecimiento; se dedicaba a repartir pienso y forraje entre los ganaderos para que pudieran continuar con sus actividades. Un año después, Fernando nos ha vuelto a escribir para contarnos cómo ha sido su vida en estos doce meses de pandemia.
Su carta un año después
Buenos días, Señor Camisas
Ya ha pasado casi un año, un año desde que la humanidad se internara en un laberinto del que nos está costando bastante, (mucho), salir. Y aunque haya pasado un año, según esbozo en mi cabeza ideas para esta carta, la voz de Alsina ha sustituido a la mía en mis pensamientos y suena la musiquilla que poníais en Más de uno durante el diario de la pandemia, para terminar con el Facciamo finta che…
El título de esta carta “tal día hizo un año” fue la frase que me dijo nuestro amigo Sansón la última vez que le vi y le aconsejé que se cuidase, “si me pasa algo, luego decís, tal día hace un año que se fue Ángel…” Una macabra premonición de la que pronto hará un año.
UN AÑO, en un año pueden pasar muchas cosas, en un año cualquiera ocurren cientos de cosas diferentes a millones de personas. Sin embargo, como si el mundo se hubiera sincronizado, en el último año todos hemos vivido una pandemia, un confinamiento, todos en sincronía sentimos miedo, desasosiego e incertidumbre según pasaban las semanas y los fallecidos aumentaban, los hospitales se colapsaban y los sanitarios se agotaban para salvarnos
Durante un año hemos tenido que desaprender nuestro comportamiento social, ahora parece una locura saludar a un desconocido estrechándole la mano, ya ni te cuento darle dos besos. Hemos aprendido a disfrutar de las pequeñas cosas, el valor de la ayuda, la solidaridad que ha demostrado la gente de todos los sectores para solucionar este problema. Hemos aprendido que LA GENTE es el mayor activo que tenemos, y que solo remando juntos y en el mismo sentido saldremos adelante, saldremos con más experiencia y más curtidos, no se si saldremos más fuertes, pero a los que ya no están les debemos salir más unidos.
Yo he tenido que aprender a teletrabajar, lejos se han quedado los 80.000 km que recorría en un año normal, porque conducir con la radio puesta es de las cosas que más me gustan. He tenido que aprender a arropar a una madre que ha cogido tanto pánico que no se atreve ni a salir a la calle. He aprendido a ver a mis amigos por video conferencia. Me está costando mucho aprender a no salir a comer-tapear-chatear-cenar fuera, me he auto impuesto un confinamiento estricto que empieza a pasarme factura. No tengo claro si cuando todo esto pase, seré capaz de aprender a vivir como lo hacíamos antes, sin mascarilla, sin gel hidroalcohólico en las manos, sin distancia social… ¿seré capaz de meterme en un concierto rodeado de cientos de personas saltando sudorosas?
Lo único que no ha cambiado, lo único que no he tenido que modificar durante este año ha sido mi costumbre de escuchar la radio, y eso es gracias a los grandes profesionales que hacéis que, aunque cada contertulio esté en su casa, suene como si La España que Madruga estuviese sentada alrededor de la misma mesa.
Feliz jueves, un abrazo fuerte.
Fernando, (a caballo entre Ávila y Alcobendas)