Joaquina de Málaga recuerda un viaje que hizo desde República Dominicana a Alemania. "Cuando estábamos en la cola para facturar la maleta, un hombre que iba en bermudas empezó a quitarse la ropa para ponerse la de invierno", cuenta, y señala que fue "un poquito raro" que se cambiara delante de todo el mundo.
Desde Valencia nos llama Alejandro, que en un vuelo se sentó al lado de una "señora muy elegante, que iba trabajando con su ordenador". La sorpresa se la llevó cuando ella soltó una ventosidad "bien sonora": "Nos quedamos todos mirándola", asegura.
Nos vamos a Madrid para escuchar a José Luis. Cuenta que en un ocasión, volviendo de Oslo, hizo escala en Copenhague y estaba sin dormir, por lo que buscó un sitio para poder descansar "sin llamar la atención". "Cuál fue mi sorpresa cuando me despertaron tres policías apuntándome con escopetas, porque iba sin afeitar y tenía pinta de terrorista", recuerda. Y destaca que le costó "dos horas convencerles de que era un señor de Madrid que era abogado".
Y Elena, de Badajoz, habla de la vez que viajaba a Alemania con su madre para la boda de su hermana. "En el control mi otra hermana y yo pasamos perfectamente, pero mi madre no paraba de pitar", explica, y añade que les costó un buen rato hasta que se dieron cuenta de que era porque su madre llevaba oculta en el pecho una bolsa con el dinero para el regalo de la boda: "Los guardias civiles partiéndose de risa", recuerda.
