Estela de Torrevieja nos cuenta dos de sus despedidas más tristes. La primera, cuando salió de Colombia destino Barajas "sin saber dónde iba a llegar". Asegura que hubo lágrimas pero que también "chistes para darme un poco de ánimo". Pero su adiós más amargo fue cuando murió su hija de 23 años. La noticia la pilló en España y al dolor del funeral se unió después el de tener que marcharse de nuevo de su país: "Te tienes que despedir de ese ser tan querido como es un hijo, y volver a decir 'mañana me tengo que ir sí o sí a España otra vez'".
A través de un audio de WhatsApp nos cuenta Marcos cómo organizaron una emotiva despedida a una amiga sorda que se iba a República Dominicana: "Durante semanas todas las familias y amigos aprendieron un mensaje de despedida en lenguaje de signos", que luego le mostraron en un vídeo durante una comida juntos.
Desde Madrid nos llama Pilar para rememorar su último día de trabajo. "Me hicieron una comida con más de 100 personas, hasta vinieron compañeros que ya no trabajaban en mi departamento", cuenta. Y tuvo numerosos regalos de despedida: "Una cadena de oro con unos pendientes a juego, un ramo de flores precioso...", y confiesa lo que más ilusión le hizo: "estuvieron toda la comida haciendo fotos y me hicieron un álbum con ellas".
