Antonio de Madrid trabaja en hostelería y nos cuenta que "había siempre un cliente que nunca pagaba la ronda". Asegura que era tan simpático y divertido que al final terminaban invitándole: "Cuando le lloraban para que pagara, el decía que 'invitar es un placer y hay que dejar a la gente que disfrute'", recuerda Antonio, y añade que el hombre era "todo un figura".
Desde Valencia nos llama Alejandro, que nos habla de un amigo "lector de literatura ajena". "Cada vez que va a una casa mira los libros y dice 'me llevo este para leerlo'; no conoce librerías, solo casas de amigos", asegura.
Nos vamos a Madrid para escuchar a Pablo, que todos los domingos se va con sus compañeros a ver el fútbol a algún bar. Cuenta que uno de ellos sale siempre de casa con 20 euros "y vuelve cenado, bebido y con 50 euros en el bolsillo". Y nos explica su sistema: "Dice que paga él, y que le demos 5 euros cada uno y ya luego nos los devuelve".
Carmen, de Tarragona, llama para quejarse del "presidente gorrón" de su asociación de vecinos, "que hace las reuniones siempre en casa de los demás, pero en la suya nunca".
Y Daniel, argentino afincado en Cádiz, recuerda una vez que se fue de vacaciones con unos amigos, y uno de ellos "nunca había pagado nada en ningún sitio". Cuenta que todos creían que de tanto ahorrar dinero tendría de sobra para el viaje, pero no fue así: "No llevó ni un duro, así que le dejamos fuera de la casa para que durmiera ahí", cuenta, pero añade que "nos dio tanta pena que acabamos pagándole todo, como siempre".