Hierónides Ranulfo nos llama desde Huerta de Rey, en Burgos, el pueblo con los nombres más raros de España. Explica el por qué de los nombres extraños de este lugar: "Antes no tenían direcciones y se repetían muchos nombres en el pueblo, así que las cartas llegaban al primero que encontraba el cartero", cuenta, y añade que fue a su abuelo a quien se le ocurrió poner nombres difíciles a todos los que nacieran allí, para evitar equivocaciones. "Los sacaron todos del Martirologio romano", dice, y nos da algunos ejemplos: Meuris, Filogonio, Plautila, Cancionila, Respicio...
Desde Valencia nos habla Alberto, que menciona a un familiar llamado Metodio y a su amigo de la infancia Acisclo, mientras que Pepa de Madrid nos cuenta que su padre se llama Filadelfio y su hermano Macedonio.
Nos vamos a Vigo, desde donde nos llama Merchi, cuyo primer nombre es Vadalides: "Me agarré a mi segundo nombre", asegura, y añade además que su hermano es Hipacio Timoteo.
En Aranda de Duero se encuentra Nacho, que nos dice que "tenía ganas de que saliera el tema" para poder comentar que su padre se llama Crisino y el hermano de éste, Sisino. Y destaca además que su abuela, madre de Crisino y Sisino, era Exuperia.
Luis de Madrid tiene la curiosa afición de "visitar cementerios y mirar las lápidas", y nos cuenta que el nombre más raro que ha visto lo encontró en uno de Segovia: Austregisilo.
Y Montserrat, de Talavera de la Reina, menciona a su padre Luftolde, y señala que se trata del nombre de una santa. "Mi abuela le puso el nombre del santo del día en que nació, y resultó que era el de una mujer".