Reconozco que me sorprende la elección y la suficiencia, a la primera. Que hayamos esperado hasta el 2025 para encumbrar a una mujer al olimpo del deporte dice que, a las anomalías y a los retrasos, se les pone coto con actuaciones pioneras e irreversibles. "¡La han escogido por ser mujer!" Si piensas así, querido oyente… reconoce que nunca usarías esos términos con un hombre.
Kirsty Coventry será en junio presidenta del Comité Olímpico Internacional, nadadora, africana, elegida por perfiles muy diferentes: realeza, aristocracia, deportistas y dirigentes de esos que siguen pensando que la silla desde la que ejercen tiene algo de trono místico y sobre natural.
Han comparado al COI con el cónclave papal, pero me da a mí que es más como Langley o Thames House, hermético y con ambiente de desconfianza de unos hacia otros. Los purpurados se relacionan e interactúan en Casa Santa Marta mientras mojan la “campurriana”, los candidatos a lucir los 5 aros no pudieron ni hacer campaña, nada de lobbys. 15 minutos de exposición gruesa en un salón bunkerizado sin móviles ni opción a ser preguntados por su ideario.
Muchas tareas pendientes en el horizonte olímpico, mucho desafío: la identidad de género, los y las deportistas transgénero, el debate sobre la recompensa económica a los medallistas, el asunto de Rusia y la marginación a la que siguen sometidos sus representantes (sobre todo en deportes de equipo), recordemos que en el 28 los Juegos en Los Ángeles, con administración Trump todavía y esos 43 países vetados. Que tenga suerte y tino la nueva mandamás.
Y sí, anoche volvió la Selección, la nuestra y la de todos. Empezamos folclóricos, los tulipanes se crecieron, pero acabamos equilibrando para decirlo todo en Valencia. El lugar donde también pasan cosas maravillosas.