Europa nos examina, como lo hará Monika con ‘k’, y todo lo bueno que nos pase redundará en las temporadas de los nuestros y en las arcas de los clubes. Tras la semana negra, con la inacción de los que mandan, la asunción por parte de todos de que no pasará nada o casi nada. Y que si hay castigos por lo penal, caerán dentro de unos pocos de años, quizá, cuando Laporta vuelva a la política o a tener talla M.
Mañana, Liverpool-Real Madrid en los Octavos de Champions, una competición donde los pronósticos son humo liviano si son los blancos los que se personan. Los dos tienen sus ligas complicadas y los dos saben que seguir avanzando más que opción, es obligación.
La nuestra como periodistas es seguir las historias que contamos, y hace algunos meses me referí a las vicisitudes de la baloncestista Brittney Griner y sus diez meses de prisión en Rusia por error. Ya reinstalada en EEUU y con ganas de volver a la WNBA con la camiseta de las Mercury de Phonenix. Será el 19 de Mayo, podrá decir en voz alta, entre canastas, que la pesadilla se ha terminado.
Y ya que me he levantado yankie, reconozco que la NBA masculina me echó hace años por convertirse en un espectáculo solo de musculados. Pero este finde, en su All Star, se llevó el concurso de mates un blanquito de solo 1’88 y con solo dos partidos con la tirantes de Philadelphia. Daba “cosica” verlo en la pista rodeado de bigardos. Pero se atrevió a saltar, a filigranear, a meterla para abajo de manera original. Lo último fue un giro imposible de 540 grados, como para no llevarse el trofeo., Mac McClung, 24 añitos.
También anoto lo nuestro. Anoche en Badalona el Unicaja se llevó la Copa del Rey ante Tenerife, la segunda de su historia. El caso es que en basket también hay vida sin Madrid y sin Barça, ahí lo dejo.
