La edad no es óbice ni cortapisa que diría el clásico cursi. Hoy me despierto con lo que se viene en Fórmula 1 y la figura de Fernando Alonso con sus 41 años bajo el mono. Es bicampeón mundial, cierto, pero cuando asaltaba los pódiums por medio mundo… el iPhone 1 era un embrión de móvil.
Tras su paseo doble por el Olimpo, cayó al averno, a los coches cunda, a los ingenieros sabelotodo y las escuderías que prometían lo inalcanzable. Hastiado, se bajó del monoplaza 2 años, pero el gusanillo se hizo anaconda. Este finde ha estado con su Aston Martin echándole vueltas y horas al rodaje, el que más, 270 completas, casi 1500 kilómetros. Restándole minutos al descanso y la recuperación. Todo por la ilusión renacida y ese brillo en los ojos que deslumbra al paddock. Próximo domingo en Baréin el restreno. Dedos cruzados.
En contraste, un tipo con todo por hacer con el balón en los pies. 18 años tiene Álvaro Rodríguez y fue el autor del gol del Madrid en el derbi tras solo 7 minutos en el verde. Hizo lo mismo que su valedor/entrenador, Raúl González, que también con 17 tras debutar en Zaragoza, le marcó un soberbio chirlo al Atleti. Ayer su madre desde Palamós compartía la carta que recibió la familia para las pruebas en Valdebebas en 2017. Leo parte de la citación: “que venga provisto con sus botas de tacos de goma, medias de deporte, toalla pero no con ropa deportiva del Real Madrid por confusión con la que nosotros prestamos”. Olor a esencia, la misiva.
Y esta semana, Clásico copero el jueves y quizá antes, más acciones de juzgado por parte de los árbitros, como colectivo, en bloque. Más remolones que tú a las 3:50.
