No llevo la cuenta atrás tan minuciosamente como Carlos pero sé que estamos como locos porque llegue el domingo. He lavado por sexta vez la camiseta, ya está desdoblada la bandera y todo mientras el orgullo se me engorda como a tantos españoles. Crece nuestra moral… mientras hago más chiquitita la letra, diario, que no pensaba dedicarle tantas hojas a la tarea, que yo era de los descreídos, lo reconozco.
¡Pero aquí estamos! Sin miedo, sin vergüenza, con denominación de origen y con ese grupo cohesionado en la diversidad del que tanto peroramos. Porque si Rodri no tiene tatuajes, Joselu y Grimaldo los coleccionan. Si Cucurella mata de hambre a su peluquero, contrarresta un buen grupito llevando a Alemania un profesional empuñando las tijeras. O si Navas tiene 38 y un chaval en la edad del pavo… mañana Lamine Yamal cumple 17 primaveras y hoy viernes, Nico Williams sopla 22 velitas.
Precisamente el de Pamplona ha sido, sin quererlo, el que ha roto un poco el ambiente monacal. Su presi se quejaba de exceso de preguntas sobre su futuro y de la poca protección al respeto desplegada por la federación. O expresado de otra manera… ¡qué la prensa no pregunte ciertas cosas que me lo ponéis en el escaparate! Querido Jon Uriarte, sabes bien lo que hay, no victimices. El chico nunca ha ocultado al Athletic sus lícitas ambiciones. Y se quede o se vaya, lo hará siendo leal a un equipo que ama desde sus entrañas.
Volviendo a lo de todos, diario, ya no sé qué responder cuando como periodista me preguntan si ganaremos. Tengo respuesta mecanizada, temeroso de fallar y que me quiten el título. Con lo a gusto que me quedaría diciendo…”ni idea, como siempre, pero es que además me da igual. Me gusta tanto lo que se está fraguando, que ya me siento ganador”. Pero esto no lo puedo decir. ¡El lunes remato y te cambio por la sombrilla!