Por si hay gente que aún no lo sabe, ayer la Liga Española alumbró a Alex, su influencer virtual generado por IA para dar contenido y hasta ser portavoz de iniciativas corporativas. Tiene unos 30 años, flequillazo y sonrisa profidén, para que nadie acuse de nepotismo a Tebas. El pionerismo está sin diagnosticar y cuando el ser humano sufre ataques de modernidad, hay que dejarlo por ahora… hasta que la vacuna correspondiente sea desarrollada.
Más mundana y propia de este tiempo la conclusión sacada por el seleccionador tras lo alfombrado de la trayectoria de España: “si estoy agrandado… motivos tengo”. Sigue Luis de la Fuente pidiendo a gritos homologar sus resultados con el cariño que cree merecerse. Nuestro equipo nacional es campeón y juega como nadie, elevemos pues las muestras de devoción hacia nuestro míster que de tanto levitar se nos puede ir a la estratosfera y de ahí solo Elon Musk podría bajarlo.
Por esas alturas nunca deambulará Rafa Nadal. Es otro tipo de perfil, otra forma de ver el retorno del éxito. Ayer se midió a Carlitos Alcaraz por última vez en tierra saudí, en uno de esos “torbolos” (mitad torneo mitad bolo) en los que las mejores raquetas internacionales utilizan las 2 manos: una para el mango y otra para la saca. Se impuso el murciano, por cierto.
Y hablando de dinero de procedencia exótica, el PSG catarí renueva a Luis Enrique en el banquillo,migrante con papeles y con buen contrato, sí señor. Porque hay clubes con economías saneadas y rebosantes. Deberían plantearse el lanzar un máster para que otras entidades tipo Barça o Sevilla, puedan tomar ejemplo de cómo cuadrar números. ¿En la Cumplu habrá hueco para hacerlo, Carlos?
